Como ya conocéis y os venimos contando en otros artículos o lives, la alopecia ha dejado de ser algo irreversible y cada vez son más habituales los trasplantes capilares. Hay diversas técnicas que se han ido mejorando y consiguiendo ser menos invasivas y más efectivas. Pero los científicos siguen intentando mejorar en este campo, e incluso ya se investiga en un trasplante capilar mediante células madre, que sería una revolución en el mundo de la tricología, esa parte de la dermatología que estudia la calvicie.
Ese proceso constaría de varias fases pues habría que extraer una pequeña muestra de folículos, para después replicar en un laboratorio esas células madre mesenquimales, separarlas de las epiteliales que fueron extraídas e insertarlas en la zona afectada por la calvicie. Esto eliminaría el proceso de utilizar los pelos de las habituales zonas donantes donde la calvicie no ha llegado o por lo menos reduciéndolo de miles a cientos.
Esta técnica se basaría por tanto en la clonación de células madre que sustituyan y regeneren a los folículos afectados por la DHT. En concreto, la alopecia androgénica, la causa más habitual de calvicie, se produce porque los folículos pilosos no están funcionando bien, ya que tienen receptores para ser susceptibles a la dañina dihidrotestosterona o DHT, molécula activa de la testosterona a raíz del efecto de la encima alfa-5-reductasa.
Dichos folículos están formados a nivel genético por las células epiteliales y células mesenquimales. Ambas se pierden una vez el folículo se cae, por lo que son esas células las que los investigadores buscan replicar mediante clonación de células madre. Sin embargo, aunque los resultados serían magníficos ya que se podría controlar el crecimiento del pelo entre otras cuestiones, es algo muy complicado y a muchos años vista, además de que las autoridades de varios países de diferentes continentes ya han negado los permisos para estas prácticas o su comercialización.
En estos momentos hay dos vías de estudio: por un lado, se plantea la producción de células madre mesenquimales con las que se regeneraría el cabello e incluso las cicatrices, para lo cual ya se estaba investigando años antes. Y por otro lado se está investigando si la solución está más bien en conocer correctamente la papila dérmica, para replicarlas y quizá regular el ciclo de crecimiento del pelo. Confirmándose, estas células se podrían alterar y e incluso quizás se llegaría a poder controlar el crecimiento del pelo, pero igualmente es algo que todavía está lejos de producirse y no parece que vaya a estar permitido en muchos países occidentales.
De momento ambas se están probando en ratones y los resultados ya estaban siendo satisfactorios, pero para nada en humanos, para lo que habría que pasar varias pruebas y fases legales más o menos restrictivas según el continente. En cualquier caso pasarán varios años para que esto ocurra.
Otras técnicas de injerto capilar que pueden aplicarse en el futuro
El futuro de los injertos capilares no solo pasa por las células madre, si no que hay abiertas otras investigaciones, que podrían tener resultados en unos años.
Es el caso de las investigaciones en cuanto a regeneración capilar, que se están produciendo en Japón. Varios científicos japoneses han desarrollado una técnica regenerativa del tejido capilar que podría revolucionar el sector.
El procedimiento es similar al anterior, consiste en la obtención de tres tipos de células madre del cuero cabelludo a partir de folículos pilosos normales del paciente, que se tratan en un laboratorio para
regenerarlas e inyectarlas como ya hemos contado antes, pero ayudándose de alguna manera de unas partículas de nylon que inyectadas o injertadas previamente en el paciente, supuestamente facilitarían el crecimiento del pelo.
La extracción de folículos sería mínima también, solo 100 incluso, y aunque dependerá de cada caso, anuncian que se podrían replicar entre 5 000 y 10 000 nuevos folículos con esa mínima extracción. Por ello hay mayor facilidad en la extracción y no se depende en absoluto de la zona donante.
Los estudios con animales también han comenzado, pero visto lo visto, mejor os vamos a explicar las técnicas que si se utilizan ahora.
Técnicas de trasplante capilar más utilizadas
Actualmente se utilizan varias técnicas de extracción y de injerto, aunque la técnica FUE (Follicular Unit Extraction) es la más habitual. Se trata de una técnica de extracción de los folículos sin cicatriz, es decir extrayendo uno a uno los folículos. La inserción se realiza mediante incisiones milimétricas con bisturí en la parte receptora.
Anteriormente, para la extracción de folículos se utilizaba más la técnica FUSS, denominada técnica de la tira, debido a que su proceso está basado en extraer una tira de cuero cabelludo directamente y a partir de ahí se cogen los folículos para su posterior implantación. El mayor problema de esta técnica es la cicatriz producida por la extracción de la tira y también que está más limitado el número de folículos a implantar, ya que de una tira de máximo 2cm x 25cm no se podrán extraer tantos como si lo hacemos de forma repartida por toda la zona donante. Es asombroso pero el organismo oficial internacional de injertos capilares dijo que todavía en 2017 el 40% de los trasplantes se hicieron con una cicatriz, y aventuramos que la mayoría por desconocimiento o por no querer salir e informarse fuera de su país por miedos infundados o preconcebidos.
En cuanto al proceso de injerto, cada vez se está extendiendo más una nueva técnica en la que no son necesarias las incisiones mediante bisturí en la zona receptora. Estas incisiones son mucho más pequeñas, ya que se realizan mediante pequeñas agujas huecas donde se colocan los folículos para ser introducidos, y por tanto es menos invasiva. Se trata de la técnica DHI (Direct Hair Implamtation) o técnica del implante capilar directo. Tiene grandes ventajas, ya que es una técnica más efectiva y con una mejor recuperación.
Al ser de inserción, esta técnica DHI debe combinarse con una técnica de extracción, por lo que en la actualidad se combinan FUE y DHI como la fórmula perfecta, sobre todo si tienes buena zona donante.